Autor:
29 Julio, 2019

El Invierno de los Derechos Humanos en Venezuela

A principio de este mes de julio, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidente de Chile, Michelle Bachelet, rindió un informe con el que deja muy mal parada la situación de los Derechos Humanos en la República Bolivariana de Venezuela. El reporte denuncia violaciones al Derecho a la alimentación, al Derecho a la libre expresión del pensamiento y al derecho a la dignidad humana.

En el párrafo 6 del informe analizado, encontramos que entre los entrevistados por la Comisión “muchas de estas manifestaron su temor a represalias”, es decir que no se sentían con la libertad suficiente para expresar sus ideas, especialmente si estas podían ir en contra o críticas al gobierno. “Temían represalias”, por correr el riesgo de ser señalados como adversarios del gobierno  y por lo tanto ser excluidos de los programas sociales de alimentación y de asistencia médica.

El reporte denuncia la degradación de los servicios de información en Venezuela: “Las publicaciones oficiales, incluso estadísticas, han sido escasas e inexistentes en algunos ámbitos, por lo menos desde el 2015”.(párrafo 7).

Las afirmaciones de la ACNUDH no son el producto de hechos aislados o anecdóticos. Las violaciones fueron contactadas en diferentes aspectos de la vida de los venezolanos: “El ACNUDH consiguió reunir, realizar y verificar un volumen considerable de informaciones que aportan motivos razonables para creer que los patrones que se describen en el informe constituyen violaciones de los derechos humanos” (párrafo 8).

En cuanto a los Derechos Económicos y Sociales afirma que, “La población venezolana está afrontando muy diversas e interrelacionadas violaciones…” (párrafo 10). La ruina económica que vive Venezuela azota desmesuradamente a la población más vulnerable. El actual salario mínimo alcanza solo para “cuatro días de comida” (párrafo 11). La situación es tan apremiante, que en su desesperación algunas mujeres, el sector de la población que más sufre cuando la economía entre en crisis, “se vieron forzadas a cambiar comida por sexo” (párrafo 14).

Parece que constituye un infortunio no simpatizar con el gobierno en Venezuela: “El ACNUDH recibió información de personas quienes, a pesar de no contar con acceso suficiente a alimentos, no fueron incluidos en las listas de distribución de las cajas CLAP (un programa de ayuda social con alimentos) porque no eran partidarios del gobierno” (párrafo 22).

El goce y ejercicio de los Derechos Humanos en Venezuela atraviesa un largo y frío invierno, a decir de lo expuesto por el informe de Michelle Bachellet. Pero más fuerte es el frío que la población vulnerable venezolana siente de los hermanos en países de Latinoamérica, quienes, al parecer, confían en que lo que sucede en Venezuela solo se trata de un efecto del cambio climático en la Geopolítica mundial, y han dejado a la sola voluntad del tiempo que traiga la anhelada Primavera de la Libertad. Sin embargo, debemos recordar que la Democracia no se defiende sola, necesita hombres y mujeres que estén dispuestos a cuidarla y recuperarla.